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UN ENFOQUE PRECISO

La fotógrafa Carla Yovane ofreció ayer 27 de septiembre en Alpes Sala 13 una charla que no dejó indiferente a ninguna y ninguno de los asistentes, al presentar dos fotolibros de poderosa sensibilidad, potente mirada, además de valentía interior, “Tiempo de Vals” y “Lo que la mente olvida, las cicatrices siguen recordando”. Por Roberto Cabrera Olea / Fotografías: Manuel Urzúa.

Me atrevería a decir que ninguno de los que llegamos ayer a Alpes Sala 13, se esperaba lo que experienciamos. Luego de la presentación de Marcela Barahona, jefa de carrera de Fotografía de ALPES Escuela de Imagen y Comunicación, nos encontramos con una mujer sencilla a la vez que segura y directa. Sus palabras salían sin esperar respuesta o reconocimiento, era pura entrega y un limpio compartir, lo que permite entender mejor el resultado de su trabajo. La honestidad comunicativa en cada registro de sus fotolibros es lo que principalmente destaco, ya que sumándole la calidad técnica, las perspectivas, la historia detrás de cada foto, transformó la instancia de ayer en un encantamiento un tanto embriagador. Hubo emoción, sorpresa, y algo que no se puede dejar pasar y que se encuentra en ambos fotolibros, la valentía de Carla.

PURO CARIÑO

Tiempo de vals”, que registra instantes en la vida de la prostitución masculina en plaza de armas en pleno centro de Santiago, llevó a Carla, como ella nos contó y que comprobamos en su trabajo, a interactuar muy de cerca con los protagonistas de esta realidad con diversas historias, cuyo resultado no sólo refleja un trabajo de gran calidad fotográfica, sino el cariño con que trabaja Carla; cariño que en un inicio no existe porque tanto fotógrafa como personajes no se conocen entre ellos, pero se va construyendo esa cercanía necesaria para la confianza mutua y para el lente de la cámara.

Este cariño es necesario para Carla Yovane.

En el segundo fotolibro que se lanzará en octubre, por lo que ayer fuimos testigos de una primicia invaluable, la fotógrafa asegura tanto en el título como en las imágenes que “Lo que la mente olvida, las cicatrices siguen recordando”. El trabajo en este caso fue realizado con familiares en tiempo de pandemia. Detalles del contenido podrán tenerlos pronto en su lanzamiento, pero quiero y me atrevo a compartir nuevamente que Carla busca la cercanía y el cariño para que el resultado de su trabajo tenga los tonos y encuadres que busca su corazón. Y en esto me quedo para terminar, porque Carla Yovane no sólo es atrevida al acercarse y encariñarse con un otre que está delante de la cámara, sino que tiene el valor de acercarse a ella misma tan profundamente que toca y conmueve a quien la escucha y ve su trabajo. Con sus palabras ayer en la charla, mostró el aplomo de alguien que se conoce y se acepta, que siente cariño por sí misma, y que, si existiese algo por ahí que le dificultara ver en su interior, al menos, o más, tiene la valentía de verlo fuera como un espejo al buscar retratar desde lo material, como el cuerpo y los entornos, eso que silenciosamente se manifiesta en cada toma, y que no sólo habla de otras, otros y otres, sino que también de ella misma.

Antes de realizarse la charla, Carla visitó la biblioteca de ALPES para donar estas dos obras en beneficio de los estudiantes, no sólo de la carrera de Fotografía, sino de todas las demás carreras cuyo sustento de trabajo es la Imagen. En la foto, Carla Yovane junto a Olga Sanclemente, encargada de la Biblioteca Alpes.

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