Entrevista a Caroline Gourdier, “la psicóloga tatuada”
Como te contábamos en la nota La psicología y su relación con los Tatuajes, el cuerpo habla mucho de las personas y, así como ellas, el cuerpo también va sufriendo transformaciones.
Según algunos enfoques, lo que se expresa en el exterior, habla de lo que sucede en el interior, y esto, por supuesto, es un tema muy interesante para la psicología.
Desde 10 Masters nos parece interesante indagar en la relación que puede existir entre la psicología y los tatuajes, centrándonos en la influencia que tienen en la superación de duelos, ya sea por pérdidas personales, o como por ejemplo, la utilización de tatuajes para tapar cicatrices.
Si quieres saber más sobre esto, entra aquí Una herida que cura otra: tatuajes para cicatrices.
Además, creemos que es importante dejar en claro qué influencia tienen los tatuajes, entendidos como un lenguaje no verbal, con la expresión de la personalidad.
En esta oportunidad, tenemos el gran honor de que Caroline Gourdier responda todas nuestras dudas sobre el tema.
Pero, ¿quién es ella?
Pues, se hace llamar “La psicóloga Tatuada” y nos cuenta el por qué de este apodo tan peculiar, su postura respecto a los tatuajes y la influencia psicológica que tienen en las personas.
Ahora sí, dejemos que lo cuente en primera persona:
“Me llamo Caroline y soy psicóloga clínica licenciada de la UAB. Me dedico a ayudar a la gente que atraviesa una etapa difícil o que siente malestar, a estar en paz y armonía y a actuar a través de las herramientas que les brindo, para restablecer el equilibrio en su vida.
Escogí el nombre de “La Psicóloga Tatuada” porque aquí la gente se olvidaba de mi nombre o no lo pronunciaba bien, al ser francesa, y pensé que necesitaba un nombre fácil de recordar, pronunciar y asimilar con mi estilo y personalidad. Hoy tengo muchos pacientes de todas las clases sociales, nacionalidades (desde Latinoamérica a Magreb, pasando por los Estados Unidos, Rumanía o Gran Bretaña y toda Europa), edades y estilos que buscan a alguien que no les juzgue, y con quien se puedan identificar, sea en sesión presencial u online”
Los fines terapéuticos de los tatuajes
Cuando se habla de la realización de tatuajes, se suele pensar que es una práctica que brinda un cambio simplemente estético, pero, esta idea ignora que recae en una simbología mucho más profunda. Veamos que dice la licenciada sobre ello.
“El tatuaje puede ser útil para rendir homenaje a alguien o procesar un duelo (lo típico es un retrato de la persona o mascota que ha muerto, o una fecha inscrita, a menudo en el corazón o un lugar simbólico del cuerpo). También, puede servir para llamar la atención, no en sentido peyorativo, sino más bien para ser visto, cuando alguien considera que fue invisible para los demás (sus padres no le dieron toda la atención que necesitaba, nunca tuvo su lugar en la familia, o padeció bullying en la escuela etc.). En este caso, es una manera de afirmarse y tener más autoconfianza: si nadie me ha aceptado tal y como soy, o no me han dado el valor que merezco, yo me lo doy, reclamo mi lugar, mi importancia y quiero que la gente me vea. Deseo ser valorado ante los ojos de los demás (aunque sea negativamente)…”
Agrega “el tatuaje también puede ser una herramienta para experimentar los límites del cuerpo y, por tanto, sentirse vivo a través del dolor. Una manera de autolesionarse, pero de manera más “sana”, en la que quedará un dibujo en la piel y no cortes o cicatrices. Pero de cierto modo, una manera de pedir auxilio. A veces, cuando es para tapar cicatrices, también tiene un fin terapéutico porque al final, el lado estético y verse mejor ayuda a tener un nivel de autoestima sano. El tatuaje tiene muchos usos terapéuticos propiamente dicho, aunque también tiene un papel muy sociocultural, si hablamos por ejemplo de pertenencia a un grupo, o de ritual de paso”
Con respecto a lo abordado, nos parece sustancial indagar a fondo sobre las situaciones dolorosas que pueden llevar a una persona a realizarse un dibujo en la piel, ya que esta acción forma parte de una transformación mucho más grande e intensa que decide expresarse en forma de arte.
“Cuando vienen a la consulta, es porque quieren iniciar un proceso profundo, desde dentro y no solo en la superficie, pero obviamente, es un primer paso. Usamos herramientas más potentes en terapia, pero como uso mucho el cuerpo en relación con las emociones o heridas, pasar por la expresión de estas a través de la piel me parece un excelente comienzo.
Muchas personas que no logran expresar sus emociones vía las palabras o el comportamiento (el llanto, los gritos, etc.), las expresan a través del arte y es muy válido también.
Lo único es que me interesa mucho responder a las demandas de los pacientes que en general, ya que dan el paso en venir, quieren ahondar en su sufrimiento para poder sanarlo con herramientas más profundas, desde dentro, con un trabajo de introspección y reflexión, antes de tomar conciencia de los patrones que hay que cambiar, y finalmente de pasar a la acción para promover el cambio interior, que es cuando se llega al objetivo final de la terapia”
El tatuaje como un lenguaje no verbal
Si hay algo que nos identifica como seres humanos, es nuestra necesidad de comunicarnos y, con el paso del tiempo, han surgido diferentes maneras de hacerlo, que no necesariamente precisan del habla, una de ellas es el tatuaje.
¿Podríamos decir que portar un diseño en la piel es como llevar un documento de identidad?
“Efectivamente, según el tipo de tatuaje, pueden decir mucho de la personalidad de la persona que los lleva. Seguro que ya os ha pasado de ver algún tatuaje y pensar, aunque llevéis muchos o que os gusten: “¡este tattoo nunca lo llevaría!” Pues, es porque dicen mucho de nosotros. Alguien que lleva una pieza grande puede transmitir seguridad en uno mismo, porque no está pendiente de lo que van a pensar o si va a conseguir un trabajo a pesar de estar tatuado en partes visibles del cuerpo.
En cambio, unos tatuajes discretos y medio escondidos van a transmitir más delicadeza, discreción, atención a la mirada o juicio de los demás, etc., por tanto, más inseguridad. La simbología también da mucha información. Si me tatúo una esvástica, mando un mensaje muy claro, de violencia o rigidez en mis ideas muy extremas, y de que pertenezco a un clan, un grupo social, en el que vas a reconocer tus aliados o tus enemigos”
El lado metafórico de la tinta
Como reflexión final, Caroline nos invita a observar a los tatuajes desde la perspectiva que realmente merecen.
“Me gustaría dar un significado metafórico al tatuaje, para abrir mentes y que la gente que lo sigue juzgando de manera negativa pudiera ver la oportunidad terapéutica que hay en él, y que pudiera entender por qué ciertas personas se tatúan. Según mi visión, podemos comparar el tatuaje a un proceso terapéutico porque, hay una demanda del solicitante (objetivo final), que para alcanzar, tendremos que pasar por el proceso donde se abre una herida, que terminará cicatrizando, a través del proceso de autocuidado, dejando lugar al resultado final (demanda inicial).
En la terapia, es exactamente lo mismo. El paciente acude a mí con una solicitud (el motivo de consulta o problema, como por ejemplo: falta de confianza, dependencia afectiva, no gestionar sus emociones…), le pregunto que resultado u objetivo quiere alcanzar (tener más seguridad en mí, ser libre e independiente, gestionar mis emociones), tocamos temas que despiertan heridas profundas (infancia, relaciones pasadas etc.), que liberaremos vis unas técnicas a través de las que podrán ser procesadas y digeridas, para poder sanar, cicatrizar y ya no dolerán más. Al fin y al cabo, solo queda lo bonito (el cambio, lo nuevo), y ya no queda dolor que nos impide disfrutar.”
Fuente: www.10masters.com